Textiles y bordados mexicanos hechos a manos que nos cuentan su historia.
En los textiles artesanales mayas, podemos ver el dibujo del universo tejido con determinación y claridad que emerge desde cuello extendiéndose hacia el corpiño y las mangas. Línea por línea es cuidado cada hilo para trazar el movimiento del sol a través del tiempo y el espacio. Con cada uno de sus personajes, las tejedoras chiapanecas van estableciendo el escenario de su propia visión del universo sagrado, terrenal y del inframundo, representando ceremonias, sucesos naturales o actividades de la vida cotidiana.
El trabajo de los textiles se trasmite de generación en generación, principalmente a las mujeres, pero también se acostumbra que los hombres puedan realizar esta actividad. En promedio un artesano avanza 20 centímetros de tejido en una jornada de cuatro a cinco horas. Cada una de las prendas para vestir como el poncho, el huipil, la capa o un rebozo requiere un promedio de 20 a 30 horas de trabajo.
Son los artesanos los que escogen que diseño llevará su prenda y que historia tejerán la cual no vuelven a repetir de la misma forma, en cada ocasión tiene una variación que la hará única. Entre sus hilos se pueden encontrar de algodón, lana blanca y lana negra y actualmente algunos hilos sintéticos que se han ido adaptando a su vida cotidiana.
Chiapas es uno de los estados de Mexico que cuenta con una gran cantidad de artesanos dedicados a esta maravillosa obra, entre las principales regiones podemos encontrar, el rococo de Chamula, el telar de cintura deshilado de Zinacantan o el telar de cintura con brocado de Oxchuc, Cancuc y Tenejapa entre otras, cada una con esa belleza única e inigualable.